En el caso de jugadores, sucede del mismo modo. Del mismo modo que el ritmo interviene a la hora de descifrar la productividad ofensiva y defensiva, también influye en el rebote. Para un equipo no resulta lo mismo capturar 40 rebotes si el rival consigue 20 que si ese mismo rival consigue 60. La diferencia es considerable. Por ello la estadística avanzada focaliza su interés en valorar cuántos rebotes se obtienen sobre el total de capturas disponibles, ya que así se resuelve qué volumen se consigue y por tanto cuál es el rendimiento real en el rebote.